martes, 17 de noviembre de 2009


Sorprendente la exposición del artista Gordon Matta Clark que se presenta por estos días en el Museo de Bellas Artes de Santiago. Su obra, fruto de años de vivir en zonas marginales de Nueva York de los años 70, es una reflexión sobre el espacio urbano y las formas en que se expresa la segregación en ella. Lo más interesante de todo es la postura de "explorador" que el artista asume en su búsqueda de las materias primas que le permitirán construir su obra. Segun señala un texto explicativo a los pies de una de sus obras: "A partir de estos recorridos integró a su trabajo aquellos signos urbanos que revelan las problemáticas socio económicas de una ciudad donde conviven la modernización y el abandono, iniciando un archivo fotográfico de muros expuestos y descascarados o del lenguaje callejero del grafiti en el Nueva York de los años setenta".
Dentro de estos trabajos, uno de ellos sobresale -en opinión- por su profundo aporte a las claves simbólicas que nos es posible observar durante nuestro trabajo etnográfico en zonas marginales urbanas: se trata de una película que documenta la miseria y marginalidad que existía bajo el puente de Brooklyn en 1971. Avanzando más allá de la mera denuncia, el artísta propone utilizar materiales ahí encontrados para recliclarlos en la fabricación de un pequeño muro, hecho con capas de periódicos y yeso, cuyo proceso eventualmente pudiera ser repetido por los indigentes de aquellas zonas.
Así como la ciudad está poblada de espacios vacíos, huecos, espacios sobrantes, marginales, esos espacios tambien están habitados. Miles, millones de personas que habitan esos espacios que no tienen sentido para la lógica económica y que se ocultan bajo capas de prejuicios.

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